Soy un hombre ahora:
ocre el mundo,
yo más vivo.
(Si cansarse no fuera esto,
si hubiesen más espejos por romper,
si por cada llamada telefónica
pudiera un ángel ciego echar a volar,
entonces desde luego te llamaría
desde todos los rincones del mundo,
los más necios y los más olvidados,
y te haría una promesa de largos collares.
Algo en mí murió para siempre.
Mi única, gris opción es nacer.)
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