Hay un viejito dentro de mí,
y ordena y ordena.
Mi mujer se burla del viejito:
y es que los viejitos son asunto de la risa.
El viejito dice, con Cernuda:
“No creas nunca, no creas sino
en la muerte de todo”.
Y el viejito quiere que la muerte
lo encuentre con las cosas en su sitio:
las flautas, las botellas hace tanto tiempo sin tocar,
las chequeras y las culpas, el hígado,
la biblioteca, la comida del gato.
Pero a la muerte esos Rituales Neuróticos
la tienen sin cuidado.
Poemas-abortos. Considérese este blog un altar de mis fetos sucesivos, está destinado a reunir las sustancias residuales. Puah… La web es la tremebunda fosa séptica que la totalidad de los poetas esperábamos desde el principio de los tiempos, el Amatitlán en donde podemos vomitar todo aquello que no se alzó a la luz de ser libro, el basurero sinfónico: la Zona 3. Y ya se sabe que en la Zona 3 nunca hubo cocaína: sólo veneno y gamezán. Maurice Echeverría.
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