Los apóstoles del viento
encallaron
en mi vientre.
Las raíces como uñas viejas,
lentas y oficiosas
nos traen el olor
de los muertos.
Ésta es la única bestia.
Éste es el momento de la poesía.
No hay ningún espacio para reproches.
Oh
Sanador,
repartidor de las espinas nupciales,
trae a mí
el acto que derriba las puertas,
y une mi sangre a la sangre del asesino.
encallaron
en mi vientre.
Las raíces como uñas viejas,
lentas y oficiosas
nos traen el olor
de los muertos.
Ésta es la única bestia.
Éste es el momento de la poesía.
No hay ningún espacio para reproches.
Oh
Sanador,
repartidor de las espinas nupciales,
trae a mí
el acto que derriba las puertas,
y une mi sangre a la sangre del asesino.
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