Conozco ya bien
tus iluminaciones
y tus arquitecturas.
He contemplado
por mucho tiempo
los helados relojes.
He buscado como loco.
Hoy sé
que el pan
multiplicado
es solamente eso:
pan multiplicado.
Adentro del misterioso
y salobre ataúd
no hay nada:
una cubeta
y adentro
unos huesos.
Debajo de la cáscara,
más allá de la orilla,
hay otra cáscara,
hay otra orilla.
La madrugada es un pecho vacío.
Poemas-abortos. Considérese este blog un altar de mis fetos sucesivos, está destinado a reunir las sustancias residuales. Puah… La web es la tremebunda fosa séptica que la totalidad de los poetas esperábamos desde el principio de los tiempos, el Amatitlán en donde podemos vomitar todo aquello que no se alzó a la luz de ser libro, el basurero sinfónico: la Zona 3. Y ya se sabe que en la Zona 3 nunca hubo cocaína: sólo veneno y gamezán. Maurice Echeverría.
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