Monedas europeas,
obedientes en el bolsillo
de un viajero que se pregunta cosas.
En los trenes quirúrgicos
de Europa
hay otros mil viajeros
como él,
tajantes solitarios,
se aburren, bostezan,
pero se preguntan cosas.
Yo me pregunto, por ejemplo,
mientras duermes,
si hoy te has sentido
menospreciada,
por mí, por otros,
si debí darte más cariño atrás
en la estación,
y la pregunta circula
en todos los vagones
como un fantasma patológico,
alterando las preguntas
de los demás viajeros
y ciertamente mendigando
monedas europeas.
Poemas-abortos. Considérese este blog un altar de mis fetos sucesivos, está destinado a reunir las sustancias residuales. Puah… La web es la tremebunda fosa séptica que la totalidad de los poetas esperábamos desde el principio de los tiempos, el Amatitlán en donde podemos vomitar todo aquello que no se alzó a la luz de ser libro, el basurero sinfónico: la Zona 3. Y ya se sabe que en la Zona 3 nunca hubo cocaína: sólo veneno y gamezán. Maurice Echeverría.
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